viernes, 11 de diciembre de 2009

No más universidades

HUANUCO | Javier Trujillo

Entre el escándalo de la vinculación de diversas autoridades y funcionarios, entre ellos apristas, con Alas Peruanas, y la huelga de los docentes universitarios por la homologación de sus haberes, el Consejo de Ministros no tuvo mejor idea que aprobar un proyecto de ley para suspender la autorización de nuevas universidades, mientras el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación realice un proceso de certificación de calidad a las ya existentes, para medir el nivel de enseñanza que imparten a los alumnos.

El premier Javier Velásquez explicó que la propuesta, entre otros, establece la permanencia del proceso de acreditación a las universidades cada cinco u ocho años, y la revisión de la metodología empleada para los estudios a distancia. El proyecto, que tiene el visto bueno del presidente de la ANR, Iván Rodríguez, también argumenta que en la actualidad la oferta educativa de muchas de estas casas de estudio no está en consonancia con la realidad y las necesidades del mercado laboral.

Hace tiempo que este tema debió ser parte prioritaria en la agenda del gobierno, que no sea una pasada para salir de la coyuntura, es momento que se tome en serio el profundo problema de la calidad del servicio que brindan esas casas de estudios, principalmente las estatales. La decisión de suspender la creación de más universidades (también debe incluirse la restricción en la creación de las famosas filiales), ayudará a que el problema no siga creciendo en cuanto al número de instituciones, pero paralelamente se deben tomar acciones para mejorar la calidad; la evaluación de éstas debe ser integral, rigurosa y de alta calidad con la participación de entidades con experiencia y con profesionales capaces.

En 20 años, desde 1985, se duplicó la cantidad de universidades; de las 70 que figuran en los registros de la ANR, 28 son nacionales y 42 son privadas; en todos, se estima que al menos un 35% de universitarios estudian carreras que no tienen muchas posibilidades laborales, y gran parte egresan con una mala formación.Hasta ahora, con la justificación de la autonomía universitaria, el gobierno no ha hecho nada por encontrar una solución para evitar la permanente caída de la calidad de enseñanza de las universidades públicas y de muchas privadas. En las estatales no hay labor de investigación, en muchos casos, los docentes, están más preocupados en lograr otros grados para cumplir con los requisitos a fin de alcanzar otra categoría y una mayor remuneración.

No olvidemos que actualmente a nadie le importa que las universidades nacionales se encuentran cerradas, a los profesores que siguen ganando sin trabajar no les interesa el perjuicio que causan, lo único que les importa es ganar más, muchos sin merecerlo.

fuente: el comercio

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