Colación estudios

Continuando con la tarea de traer a colación estudios recientemente publicados por la OEI, en colaboración con Editorial Santillana, con objeto de aportar para “la educación que queremos para los bicentenarios”, corresponde glosar diversos aportes planteados en el libro “Los desafíos de las TIC para el cambio educativo” (Madrid 2009). La coordinación ha estado a cargo de Roberto Carneiro (integrante de la comisión del denominado Informe Delors), Juan Carlos Toscano y Teresa Díaz.

Las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) en lo que se refiere a su aplicación en la educación, se han centrado en la informática educativa, Internet, plataformas de aprendizaje y, en menor grado, en experiencias sistemáticas en el uso didáctico de videos, radio o televisión, así como en la formación crítica de televidentes. (Campo, 2005, citado por Frida Díaz Barriga). Las “nuevas” TIC son las digitales, pero las otras también tienen su importancia.

César Coll, uno de los “padres” de la reforma educativa española de la última década del siglo pasado, manifiesta en uno de los artículos del libro que comentamos, que “el énfasis (se refiere a su escrito) recae en el desfase existente entre, por una parte, las elevadas expectativas de cambio y mejora de la educación escolar generadas por estas tecnologías y, por otra, los limitados avances conseguidos hasta el momento”.

Pero nada de esto lo lleva al pesimismo o a despreciar el valor de las TIC para el aprendizaje: “Al contrario, las expectativas están, a nuestro juicio, plenamente justificadas. Lo que sucede es que la capacidad de transformación y mejora de la educación de las TIC debe entenderse más bien como un potencial que puede o no hacerse realidad, y hacerse en mayor o menor medida, en función del contexto en que estas tecnologías son efectivamente utilizadas. Son pues, los contextos de uso, y en el marco de estos contextos la finalidad que se persigue con la incorporación de las TIC, los que determinan su capacidad para transformar la enseñanza y mejorar el aprendizaje”.

Todo ello lleva a pensar que es importante compartir ideas en torno a dónde están los problemas y qué se puede hacer para superarlos, así como no pedir a las TIC lo que ellas ni pueden ni deben dar. Asimismo, revisar el fundamental papel de los maestros y otros aspectos de interés.
fuente: educared